Nunca llueve eternamente

lunes, diciembre 15, 2008

La vuelta a casa

Ese día llegué
una cascada mojada
caida desde
el cielo
luchaba contra los
demonios que
rugían a lo
largo de toda la calzada
hasta mi casa
en forma de
claxones iracundos.

Mojado y cansado...
quería abrir la puerta
sentir el calor
de
mi hogar
de
sus brazos
de
su íntima
seguridad
y
descansar

desde la cocina
ella
ella
y
su grito inconfundible
más iracundo
e insostenible que
la calle mojada
e hirviente de caos

pregunta

siempre pregunta soberviamente...
siempre es la eterna
única protagonista
de su dramática
obra

¿que había allá
que fuera
más importante que
estar aquí a la hora
que debía?

pienso - tráfico lluvia trabajo y cansancio

pienso - ¿qué hay fuera que sea más importante que
no hacerme gritar, que no escucharte?
Ahora que me lo pregunta
vuelvo a pensar
-cualquier cosa-

Pregunta - ¿dónde has estado? desde luego en el trabajo no, me he informado, seguro que has estado con tus amigos dándole al codo y olvidando que yo esperaba con el plato en la mano...
soy tu sirvienta?

espenrándote a tí
esperándote a tí

Pienso - ¿qué he hecho esta vez?
Digo: Hoy me han echado del trabajo, cariño... reajuste de personal...

-callo y como-

En off oigo nuestros lamentos:

¡Te espero!
¡Te necesito!

Salgo de la cocina y recuerdo cuanto la quise...
ahora soy gris y ella tambien... pero me quiso.
Pienso: Aun le quiero

¡Yo también te espero!
!Yo también te necesito!
Te quiero.

Dice: Parece que te ha encantado la comida! estamos en Navidad, tenemos que hacer los preparativos! Soy feliz!
Comida, regalos, anuncios de televisión

Pienso: No quiero tus bienvenidas... No quiero otra Navidad contigo... No siento tu felicidad, no siento nada... dejémoslo todo, vayamos a respirar, a volver a soñar.

Tu no eres gris, nos hemos pintado asi. Pero, callo y me lo como.

Los ecos se apagan
y desaparecen las exclamaciones
desaparecen los te quiero
desaparecen los sonidos

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