Las sombras lejanas
avecinan tormentas venideras
y el sepulcro de tu silencio
engalana los cuerpos yermos
Es fácil escribir epitafios
y no tanto escribir memorias en vida
porque los que yacen
y los que escriben las relucientes etiquetas
no saben de dolor
quien muere sufre
y ya no puede escribir
quien escribe
no
puede saber, ni entender,
el porqué
esa tarea se relega a quien no sabe nada
quien puede escribir
o
esta muerto
o
muerto en vida
Escriben mentiras
fruto de su dolor
insano
qué saben de él
que jamas los visita
plañideras en la puerta
sombras en las esquinas
el horror a encontrarte solo
la solitaria sonrrisa
la locura
el silencio
tu incomprensión
tu misma intolerancia
todo eso es la locura
No hablo de paredes
acolchadas
ni de electricidad
nada soberbio
o siniestro
como se ve en las películas
de hollyput
Hablo de los pasillos conexionados
entre
tus receptores sensitivos
y tu cerebro
hablo de un mínimo de moral
y un mínimo de entendimiento
Hace falta que muera alguien para
conseguir que tus entumecidas neuronas
reciban algún tipo de electricidad
para que tu maltrecho cerebro
entienda
de vulgaridad
de
¿sentimientos?
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